ETIQUETADO A TRANSGÉNICOS ¡YA! MX

Por el libre derecho a saber qué consumimos.


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El gobierno de EPN impugnan freno a transgénicos en México

El gobierno federal apeló la medida precautoria que suspende todos los permisos de liberación de maíz transgénico, a través de la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa) y de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), informó Antonio Turrent, presidente de la Unión de Científicos Comprometidos con la Sociedad.

Cabe recordar que el pasado 10 de octubre organizaciones sociales dieron a conocer que el Juzgado Décimo Segundo de Distrito en Materia Civil en el DF determinó suspender el otorgamiento de permisos de liberación comercial de maíz transgénico en México.

El litigio lo iniciaron 53 personas y 20 asociaciones civiles, quienes defienden la suspensión de permisos comerciales del maíz.

El pasado 28 de octubre, el colectivo de asociaciones civiles fue notificado de la apelación, “que carece de sustento jurídico (…) puesto que la Sagarpa arguye que debió notificársele antes de suspender la siembra de transgénicos, como si se tratara de una medida cautelar ordinaria y no de una medida precautoria especial”.

 

Enrique Martínez y Martínez, secretario de Agricultura. Foto EE: Germán Espinosa

En conferencia de prensa, René Sánchez Galindo, de la asociación civil Colectivas, defendió su derecho a acceder a la diversidad biológica del maíz y consideró que no se debe hacer un experimento en el ambiente.

Por su parte, el investigador Antonio Turrent Fernández, presidente de la Unión de Científicos Comprometidos con la Sociedad, sostuvo que los ciudadanos tienen derecho a una alimentación que no haga daño y variada, además de que México es el centro de origen del maíz.

De acuerdo con información de la Secretaría de Agricultura, a través del Servicio Nacional de Sanidad, Inocuidad y Calidad Agroalimentaria (Senasica), de las 43 solicitudes que han presentado las empresas Monsanto, Syngenta, PHI México y Dow AgroSciences, ninguna ha sido aceptada por la autoridad, ni siquiera para mantener el proceso experimental.


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Casos de cáncer se triplicaron con el uso de transgénicos en Paraguay

uso de transgénicos en Paraguay

Casos de cáncer se triplicaron con el uso de transgénicos en Paraguay

En el Hospital de Clínicas los casos de cáncer se triplicaron por el uso de agrotóxicos y transgénicos. | Foto: Archivo ÚH.

Según el médico del Hospital de Clínicas José Luis Insfrán, hace dos décadas, de cada 100 camas, solo dos eran ocupadas por pacientes con enfermedades hematológicas, es decir, leucemias y linfomas, mientras que ahora llegan a 30 las camas ocupadas.

Este estudio no incluye a pacientes de pediatría, pero según estima Insfrán la cifra ascendería bastante, ya que muchos niños padecen de linfomas.

El catedrático de Semiología Médica de la Universidad Nacional de Asunción, lamentó que por falta de recursos no exista un registro nacional sobre los pacientes con enfermedades hematológicas. Incluso comentó que los médicos recibían charlas sobre las bondades de los transgénicos por parte del Ministerio de Salud y el Servicio Nacional de Calidad y Sanidad Vegetal y de Semillas (Senave).

Explicó que los efectos de los transgénicos sufren tanto las personas del campo que se exponen directamente a las fumigaciones, como la ciudad, donde se consume carne animales como los cerdos, que fueron alimentados con maíz transgénico.

La investigación concluyó con que la gente expuesta a los agrotóxicos y transgénicos registraba la presencia de los genes de los cultivos en el organismo, ocasionando una perturbación en la cadena genética, lo que a su vez podría derivar en varios tipos de cáncer.

Según Conbio,los eventos biotecnológicos que pasaron por evaluaciones de riesgo y fueron liberados para su comercialización no tienen relación con las enfermedades hematológicas.

Por su parte la coordinadora de la Comisión Nacional de Bioseguridad (Conbio), Cristina Soerensen, aseguró que los eventos biotecnológicos que pasaron por evaluaciones de riesgo del organismo y fueron liberados para su comercialización no tienen relación con las enfermedades hematológicas, porque según la experta no son dañinos para la salud humana, animal y ambiental.

En cuanto a la liberación excepcional vía decreto de eventos de semillas, indicó que actualmente no existe una emergencia que justifique una medida que en su durante su gestión aprobó el expresidente Federico Franco bajo el argumento de salvar la industria textil

Actualmente 12 eventos de maíz, 2 de algodón y 3 de soja de las multinacionales Monsanto, Dow AgroScience y Syngenta aguardan la aprobación de la Conbio y del Ministerio de Agricultura para su comercialización.

Asimismo anunció que en la próxima sesión ordinaria, la Conbio analizará la investigación del doctor Insfrán, para emitir una posición al respecto.


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Sí hay cultivos transgénicos de soya en Chiapas

MARIANA MORALES

En Chiapas sí hay cultivos transgénicos, aunque no de maíz como bien informó el delegado nacional de la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa), Enrique Martínez. Hay cultivos de soya transgénica en los campos del estado, incluso en las zonas agrícolas, y tienen como fin la comercialización, prueba y experimentación.

Este medio publicó el 11 de julio de este año, con base en datos obtenidos a través de la Ley Federal de Acceso a la Información Pública y en declaraciones de expertos que han visitado las zonas, que en Chiapas se disponen de 76 mil 600 hectáreas para cultivos genéticamente modificados. En el municipio costero de Mazatán, se inició la siembra de soya transgénica el año pasado.

Desde el 2008 hasta el 2012, en la entidad, Monsanto S.A. de C.V. solicitó al Servicio Nacional de Sanidad, Inocuidad y Calidad Agroalimentaria (Senasica) 78 mil 800 hectáreas para cinco proyectos, dos de liberación experimental, otro par para programas «piloto» y uno más, para comercial.

Esa dependencia federal sólo autorizó implementar los proyectos en 75 mil 600 hectáreas. En la actualidad, esa transnacional ha sembrado en Chiapas 18 mil 911.5 hectáreas de soya transgénica.

El pasado viernes, Martínez visitó el estado para atender el problema de la roya en cafetales. Durante la conferencia de prensa se le preguntó sobre el cultivo de maíz transgénico; él contestó que en Chiapas no se ha autorizado nada de ello y que si hay, ese tipo de plantaciones son ilegales.

Las declaraciones que hizo en compañía del delegado de Senasica coinciden con los datos publicados por este medio, pues en Chiapas no hay registros oficiales de cultivos de maíz transgénicos pero sí de soya, sobre lo cual no fue cuestionado.

A través de los amparos 984/2012 y 183/2012, promovidos ante la justicia federal por el Centro Estatal de Derecho de la Mujer de Chiapas en San Cristóbal de Las Casas, se busca detener la siembra de soya modificada. La abogada de este organismo, Ana Valadez, informó que los campesinos de Mazatán obtuvieron créditos durante el año pasado para comprar de forma específica productos en Tacsa, de donde obtendrían las semillas de la transnacional para sus cosechas.


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«Transgénicos afectarían soberanía alimentaria de México»

Se podría perder la diversidad de los granos originarios y estarían en riesgo el 80% de los pequeños productores

 

La entrada del maíz transgénico pondría en riesgo la soberanía alimentaria de México, advirtió Aleida Lara coordinadora de la campaña de Agricultura Sustentable de Greenpeace México, al exigirle al gobierno federal una definición clara al respecto.

Entrevistada en el Zócalo capitalino, donde acudió para apoyar a activistas de la organización quienes escalaron el asta bandera monumental para colocar un mensaje dirigido al presidente Enrique Peña Nieto, Aleida Lara señaló los riesgos que corre el maíz nativo.

Se podría perder la enorme diversidad de los granos originarios y estarían en riesgo el 80% de los pequeños productores del país, incluyendo dos millones de campesinos que producen para autoconsumo.

Lo grave es que, en el caso de que se lleguen a detectar granos transgénicos en cultivos de autoconsumo o pequeños productores, éstos tendrían que pagarle regalías a las grandes transnacionales, como ya ocurre en Estados Unidos.

En caso de que el gobierno acepte las solicitudes formales que tres empresas transnacionales ya presentaron este año para cultivar con transgénicos en Sinaloa, Tamaulipas, Coahuila, Durango y Chihuahua, se estaría generando un serio riesgo para México.

Los transgénicos pueden contaminar los granos nativos no sólo al mezclarse, sino incluso por vías indirectas como la presencia de insectos o vientos, lo que generaría serios riesgos para los cultivos y para la salud humana.

«Nos tratan de vender que los transgénicos son la panacea para las tierras que padecen sequía; pero eso no es cierto. En Estados Unidos se han perdido enormes cosechas justo por la sequía», advirtió.

Además, la producción de este tipo exige enormes cantidades de herbicidas, lo cual pone en riesgo inmediato la salud humana y del campo en su conjunto.

En ese sentido y debido a la falta de definiciones de las autoridades (el secretario de agricultura dijo no saber nada al respecto, señaló la representante de Greenpeace), ahora se le pide una posición específica al gobierno mexicano.

La manta, recordó, lleva la imagen de un maíz mexicano con el sello de Montsanto -empresa que ya hizo pruebas pilotos en México en 2009-y le recuerda al presidente de la República, que su gobierno es responsable de cuidar la biodiversidad de México.

 


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¿Estás de acuerdo en que se obligue a las empresas a etiquetar alimentos transgénicos?

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Etiquetar apropiadamente la comida que contiene OGM es un requisito en la Unión Europea, China, Rusia, Australia, Japón y 64 países más en el mundo. Una simple etiqueta que nos informe qué estamos introduciendo en nuestro organismo es un derecho, no una opción. Por sí misma, la etiqueta no solucionará el uso inmoderado de los OGM y sus consecuencias para el medio ambiente, pero la información en nuestros días es un derecho que debemos defender.


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Transgénicos. En Mi Mesa ¡No!

¿Usted ha comido transgénicos?

Probablemente sí, ya que, gran parte de los productos industrializados que consumimos diariamente contienen aditivos derivados de la soja transgénica.

¿Sabe en qué alimentos se puede encontrar?

Como se dijo más arriba, en casi todos los alimentos de supermercado. Si bien los alimentos que contienen transgénicos no están etiquetados (y esto es algo que debemos exigir), si se toma un tiempo para leer las etiquetas de los productos que consume, podrá ver que en muchos encontrará algo que se llama lecitina de soja. Este y otros productos derivados de la soja son, en su totalidad, de soja transgénica. Ahora, con la liberación comercial del Maíz transgénico, estaremos mucho más expuestos a consumirlos ya que el maíz constituye una fuente de alimento esencial en la comida cotidiana de los paraguayos.

¿Sabe qué hacer para evitar consumirlos?

Evite alimentos que contienen productos derivados de la soja. Promueva alimentos cultivados de manera agroecológica. Opte por comprar alimentos de pequeños y medianos productores. Lea las etiquetas y, por sobre todo, EXIJA EL ETIQUETADO DE LOS PRODUCTOS QUE CONTIENEN TRANSGÉNICOS, es un derecho del consumidor.

¿Conoce sus posibles efectos en la salud?

Existe un amplio debate a nivel internacional sobre los efectos de los alimentos transgénicos en la salud. Su impacto en el medio ambiente es indiscutible y basta con buscar entre la información que ya hemos proporcionado para enterarse de los mismos. Sin embargo, el debate sigue abierto con respecto a los riesgos sanitarios. Si bien no se ha podido demostrar que los mismos son inofensivos para nuestra salud y las multinacionales encargadas de fabricarlos hacen muchos esfuerzos para ocultar los informes que aparecen en su contra, muchos alegan que no hay pruebas concluyentes que determinen que los transgénicos son malos para salud. Sin embargo existen muchas pruebas que marcan un alto riesgo relacionado con el cosumo y la producción de transgénicos. Riegos como cánceres, tumores, alergias generalizadas, inflamación y varias otras enfermedades se relacionan con estos productos.

 

Puede visitar los siguientes enlaces para informarse más:

http://noalostransgenicospy.wordpress.com/2012/10/30/la-mayor-parte-del-…

http://noalostransgenicospy.wordpress.com/2012/10/08/por-primera-vez-un-…

http://noalostransgenicospy.wordpress.com/2012/10/08/propaganda-asi-defi…

http://noalostransgenicospy.wordpress.com/2012/10/04/entrevista-con-la-d…

http://noalostransgenicospy.wordpress.com/2012/10/01/alter-vida-centro-d…

http://noalostransgenicospy.wordpress.com/2012/09/26/los-efectos-del-gli…


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Daños de los transgénicos a 17 años de liberados

Daños de los transgénicos a 17 años de liberados
Angélica Enciso L.
Periódico La Jornada

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A 17 años de que se liberó el cultivo de transgénicos, la promesa de que iban a disminuir el uso de plaguicidas no se cumplió y lo que ocurrió fue un «aumento exponencial en el uso de agrotóxicos en los países que han adoptado la tecnología», señalaron 30 organizaciones agrupadas en la Red por una América Latina Libre de Transgénicos.

Rechazaron también la intención de las empresas de cultivar 3 millones de hectáreas de maíz transgénico en México, lo cual consideraron «un hecho sin precedente en la historia de la agricultura, pues sería la primera vez que ocurriera una devastación de tal magnitud en uno de los centros de origen y para un cultivo que alimenta a la humanidad».

En una declaración la red señaló que en el cono sur, la soya transgénica resistente a glifosato cubre 475 mil 700 kilómetros cuadrados, superficie que es fumigada con un «coctel de agrotóxicos que incluye el glifosato», lo cual afecta a cerca de 10 millones de personas que viven en la zona de influencia de las fumigaciones de esos cultivos.

Aumentan enfermedades por uso de glifosato en plaguicidas

Agrega que Brasil desde 2010 ocupa el primer lugar mundial en el consumo de agrotóxicos y es el principal productor de soya resistente a glifosato en la región. «Esta avalancha tóxica ha provocado un aumento exponencial de enfermedades relacionadas con plagui­cidas, como malformaciones genéticas, incremento de leucemia, linfomas, enfermedades autoinmunes, y daños irreparables en los ecosistemas».

Apunta que estos problemas se agudizarían con la adopción de nuevos eventos transgénicos resistentes a herbicidas más fuertes como el 2,4D y Dicamba, el glufosinato de amonio, que ya han sido aprobados o están en proceso de autorización en varios países. A esto se suma la contaminación genética de la agrobiodiversidad y la destrucción de ecosistemas natu­rales, base de sustento de las comunidades locales.

En la declaración se menciona que en 17 años, «los cultivos transgénicos han sembrado desolación y muerte en América La­tina, han alcanzado altos niveles de expansión, ocupando el segundo lugar en área cultivada con transgénicos en el mundo».

Considera que las productoras de semillas, agrotóxicos y comercializadoras de alimentos transgénicos «junto con las élites locales y en complicidad con los gobiernos, han convertido a América Latina en maquila de los cultivos transgénicos del mundo».

Transgénicos ¿Por qué son tan peligrosos?

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Por qué es importante etiquetar los productos procesados con la leyenda OGM

 

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Tener suficiente información sobre lo que consumimos nos da la posibilidad de elegir. Elegir es el primer paso en la lucha por revertir el uso de cultivos genéticamente modificados en la industria alimenticia.

 

Los tipos de cultivos se dividen en tres: antiguos (también llamados “herencia”), híbridos y organismos genéticamente modificados (OGM). El debate que desde 1994 mantiene tensiones entre compañías transnacionales y grupos de protección ambiental y constriñe la agenda de políticas de agricultura está dividida entre los que quieren promover el uso de semillas antiguas o tradicionales (mejoradas a lo largo del tiempo por la selección natural) en vez de los que buscan legislaciones para permitir que los cultivos transgénicos no sólo sean utilizados, sino que ni siquiera se le informe a los consumidores.

La importancia de marcar claramente si una manzana es orgánica u OGM (fuera de cosas como la salud y la herencia biológica, además de la estabilidad genética de los cultivos de nuestros alimentos) para los consumidores es también una lucha por la libertad de elección.

Las semillas híbridas, por su parte, han sido utilizadas tradicionalmente durante miles de años por los granjeros para unificar las características de dos cultivos tradicionales, apresurando la temporada de cosecha, creciendo más fuertes contra plagas, etc. Luego de algunas generaciones los híbridos suelen volver a presentar las características dominantes de alguna de las variedades originales.

Por otra parte, las semillas de las OGM son producidas directamente en laboratorios: se les aplican insecticidas y su material genético es modificado de manera irreversible. En una palabra, se trata de plantas que no existen como tal en la naturaleza, y que por lo tanto presentan riesgos para la biósfera que no somos capaces de prever.

Se estima que entre el 85 y 95% de los cultivos más importantes en la actualidad son OGM, incluyendo maíz, azúcar, soya, canola y algodón. Al menos uno de ellos se encuentra presente en cualquier comida procesada. Algunas marcas de comida etiquetan sus productos como “orgánicos” o “non-GMO”, pero desde la comida procesada hasta los aderezos para ensalada, virtualmente todos los productos actuales contienen OGM en alguna medida. El problema de la biodiversidad se vuelve un problema político cuando los consumidores no saben o no tienen libertad de decidir si quieren consumir OGM o no.

Los defensores de los OGM afirman que los genes añadidos (como antibacteriales y pesticidas) son destruidos en nuestro sistema digestivo, lo cual es incorrecto. Estos genes se almacenan en nuestro sistema digestivo, mellando nuestro sistema inmune, incrementando la infertilidad, acelerando la vejez y contribuyendo a enfermedades crónicas, que algunos estudios han asociado a la contribución de la mortandad infantil, defectos de nacimiento y cáncer.

La evolución de los cultivos ha seguido una línea paralela a la de nuestra capacidad para digerirlos. Para empresas como Monsanto, la evolución simplemente es un asunto menor. En una reciente declaración, la compañía (una de las más grandes productoras de OGM) afirmó: “No hay necesidad de probar la seguridad de la comida con OGM. Mientras la proteína modificada sea segura, la comida de los cultivos GM son sustancialmente equivalentes y no representan riesgos para la salud.” Basados en esto, recientemente se aprobó una ley que vuelve innecesario que los productores de comida etiqueten sus productos como orgánicos o GMO, pero la hipótesis en que se basa es falsa.

Desde hace 70 años se creía en la hipótesis de que un gen producía una sola proteína. En 2002, el proyecto del Genoma Humano demostró que esto era incorrecto. Hoy sabemos que cualquier gen puede dar más de una proteína, y que insertar aleatoriamente un gen en una planta eventualmente crea proteínas en bruto, algunas de las cuales pueden provocar alergias o ser tóxicas para consumo humano.

Etiquetar apropiadamente la comida que contiene OGM es un requisito en la Unión Europea, China, Rusia, Australia, Japón y 64 países más en el mundo. Una simple etiqueta que nos informe qué estamos introduciendo en nuestro organismo es un derecho, no una opción. Por sí misma, la etiqueta no solucionará el uso inmoderado de los OGM y sus consecuencias para el medio ambiente, pero la información en nuestros días es un derecho que debemos defender.


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¿Por qué los transgénicos son un riesgo?

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Contrario a lo pregonado por la industria biotecnológica, los cultivos transgénicos implican un incremento en el uso de agrotóxicos, generan contaminación genética y del suelo (1), pérdida de biodiversidad, desarrollo de resistencias en insectos (2) y vegetación adventicia (malas hierbas) (3), así como efectos nocivos para otras especies (4).

La contaminación genética con transgénicos, ocasionada por el flujo de polen por viento e insectos y el intercambio de semillas, atenta contra la biodiversidad. México es centro de origen y diversidad genética del maíz y sus 59 razas y miles de variedades adaptadas a diferentes condiciones agronómicas y climáticas, resultado del conocimiento tradicional milenario, pueden perder su pureza ante la introducción de las semillas genéticamente modificadas, patentadas por las empresas biotecnológicas.

Los cultivos transgénicos también representan una amenaza para los pequeños productores (campesinos e indígenas) ya que el modelo de cultivo de los OGM concentra el control de la agricultura y la alimentación en pocas manos y el aumento de la concentración empresarial destruye la libertad de elección y eleva los precios.

Consecuencias legales

• Los productores deben comprar las semillas de empresas transnacionales y son obligados a firmar un acuerdo poco claro sobre el uso de esta tecnología, dándole a la empresa el derecho permanente sobre las semillas. Se les prohíbe guardarlas o venderlas en los ciclos agrícolas siguientes.

• Los trabajadores del campo podrían ser demandados por las empresas si se detectan semillas patentadas en sus campos, aunque su presencia sea consecuencia de la contaminación.

• En Canadá y Estados Unidos, estos acuerdos han propiciado la inspección arbitraria de las tierras y el atropello a la privacidad de los productores.

Consecuencias económicas

• Altos precios de las semillas transgénicas e inversiones adicionales difíciles de cubrir por parte de los campesinos, quienes al final, se encuentran con que las cosechas no son más productivas por todas las fallas agronómicas.

• Ante el rechazo de la sociedad a los OGM, es necesario destinar recursos adicionales para separar físicamente los productos transgénicos de los convencionales. Aun así la contaminación es inevitable, y un evento contaminante por sí mismo le cuesta millones de dólares al sector agrícola (5).

¿Qué queremos para el medio ambiente y el campo mexicano?

Se requieren cambios radicales en el sector agrícola. La respuesta para incrementar la producción del campo no está en los transgénicos. Actualmente no existe en el mercado ninguna variedad transgénica con una tolerancia más alta al calor, ni tampoco a los estreses hídricos y térmicos.

El reto para enfrentar los extremos del clima y la baja producción de alimentos no está en un simple arreglo tecnológico como el que propone la ingeniería genética sino en la diversidad de semillas. Conservar in situ – en el campo- nuestra gran diversidad de maíces tolerantes a diferentes estreses ambientales puede proporcionar seguridad frente a eventos climáticos extremos, además de fomentar la soberanía alimentaria.

Incentivar la investigación pública. Las estimaciones actuales del costo del desarrollo de una planta transgénica, una vez que el gen haya sido identificado, son de más de 60 millones de dólares, comparado con el costo aproximado de 1 millón de dólares para desarrollar una línea convencional. El Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (Inifap), ha desarrollado variedades convencionales adaptadas a diferentes condiciones agronómicas.

El argumento de optar por maíz transgénico a fin de abastecer la demanda nacional cae ante las conclusiones del estudio Factibilidad de alcanzar el potencial productivo de maíz de México -realizado por investigadores del Inifap entre otros-, el cual demostró que México tiene el potencial para recuperar su autosuficiencia en maíz en un plazo relativamente corto, basándose en tecnologías existentes y sin recurrir al uso de maíz transgénico. Se podría incrementar de 23 hasta 33 millones de toneladas en un período de 10 a 15 años, sustituyendo con producción nacional las 10 millones de toneladas anuales de maíz importado de Estados Unidos (6).

En la Unión Europea (UE), gracias a la presión ciudadana y a los argumentos científicos, ocho países –Alemania, Grecia, Austria, Luxemburgo, Francia, Hungría, Italia y Polonia- decretaron ya la moratoria o algún tipo de prohibición a la siembra de alguna variedad de este maíz. Actualmente sólo cuatro países lo cultivan a nivel comercial en toda Europa.

Es momento de reconocer que la agricultura industrial no resuelve el problema del hambre en el mundo y en cambio, está generando graves impactos ambientales. Es urgente la implementación de una agricultura ecológica basada en la diversidad de cultivos con semillas naturales la cual sí es sostenible a largo plazo.

* Aleira Lara es coordinadora de la campaña de Agricultura sustentable y transgénicos de Greenpeace.

Fuentes:

1. C. Zwahlen, A. Hirbeck, R. Howeld, and W. Nentwig, Efectos de los desperdicios de maíz transgénico Bt en gusanos de tierra Lumbricusterrestris. Molecular Ecology, 2003, vol. 12, pp. 1077-1086.

2. Catangui M.A. & Berg R.K. (2006).Western bean cutworm, Striacostaalbicosta (Smith) (Lepidoptera :Noctuidae), as a potential pest of transgenic Cry1Ab Bacillus thuringiensis corn hybrids in South Dakota Environmental Entomology 35 1439-1452.

3. Where Weedkiller Won’t Work. 3 de mayo de 2010. Información tomada el 26 de enero de 2012 a las 15:45 hrs.

4. Prasifka, P.L., Hellmich, R.L., Prasifka, J.R. & Lewis, L.C. 2007. Effects of Cry1Ab-expressing corn anthers on the movement of monarch butterfly larvae. Environmental Entomology 36:228-33

5. Cultivos transgénicos: cero ganancias. 2010. Greenpeace. Información tomada el día 23 de mayo de 2013 a las 12:06 hrs.

6. Turrent, et. al, 2012. Factibilidad de alcanzar el potencial productivo de maíz de México. Consultado el 03 de noviembre de 2012, a las 12:17 hrs.